Lancelot 28º 7º

Agustín Espinosa crea en Lancelot 28º-7º, publicado por primera vez en 1929, uno de los textos fundacionales de la literatura canaria, y uno de los más interesantes textos del surrealismo. Escrito a modo de guía turística, la obra plantea un diálogo continuo con diversas tradiciones y realidades: la tradición europea y la canaria, que es también africana. Pero, además, supone observar la isla como antes no se había hecho, a través de una mirada prístina que va descomponiendo los elementos configuradores del paisaje para ser recreados desde la imaginación. 

La lección de Espinosa, término que le gustaba al propio escritor, fue la de señalar las raíces africanas del paisaje y de la cultura insulares y vincularlas a la gran cultura europea. No hay que olvidar que realizó su tesis doctoral sobre el lanzaroteño Clavijo Fajardo, una de las grandes figuras de la Ilustración española, y estudió los romances canarios, lo que le sirvió para reflexionar sobre la condición trasatlántica de la poesía popular insular. Ese conocimiento de lo culto y lo popular se hace evidente en su obra, que se desembaraza de las constricciones de los géneros: sus artículos y sus ensayos son producto de la misma necesidad intelectual e imaginativa que sus textos literarios, ya que todos le permiten dar rienda suelta al proceso de la creación. El escritor es, antes que nada, un lector atento de la realidad, que entiende como un entramado donde lo cultural, lo literario, lo artístico y lo humano convergen.

Lancelot 28º 7º supone la fundación mitológica de la isla de Lanzarote y, por ende, del archipiélago; coloca un molde vivo que dota de afectividad un espacio inexistente hasta aquel momento. Ofrece, desde la risa, desde el conocimiento profundo de una cultura que defiende en todo momento, desde el juego, en definitiva, las dosis de autoestima que necesitaban los canarios.